Sueños

Todo empezó en aquel espeso bosque, de frondosos árboles, recónditos tras el velo de la noche la cual alzaba a su emperatriz al cielo vestido con su traje blanco y su báculo con el cual reinaba con su luz la oscuridad de la noche. Tras los enormes robles, de tronco ocre enroscado se hallaba un lago, de cristalinas aguas mecidas por el viento céfiro de aquella noche, de la cual surgían nenúfares como cantos de sirenas. A lo lejos, difuminada con acuarela blanca se veía una pequeña montaña, de cumbre nevada y fría como la escarcha acumulada en la punta de las hojas rojas de los robles, que se tornalunaban blancas y argentosas tras el reflejo de la Luna llena que alumbraba los reinos perdidos de aquel bosque sin fin. Aquellos reinos perdidos que se ocultaban en el bosque un día, un hombre les puso el nombre de sueños. Vanos sueños son los que se explicarán a lo largo de este relato, que, al igual que los sueños, nunca acabó ni acaba, pero tampoco acabará.

viernes, 14 de octubre de 2016

Metafísica del Ser: Pessoa y el Desasosiego

Saber ser supersticioso es una de las artes que, llevadas a su más alto grado, marcan al hombre superior       -  [340] Desasosiego

Aunque publique cuando mejor me venga y no siempre soy regular, hoy me apetece publicar una pequeña reflexión del que me parece uno de los más grandes escritores de toda la Literatura; Pessoa y su Libro del Desasosiego
. El desasosiego se caracteriza por ser la reflexión de un hombre que tiene una capacidad nula de empatía. Con ello Pessoa bajo la piel de Bernardo Soares expone algo así como un magnánimo manual de todas las reflexiones acerca de todos los campos de la filosofía con el objetivo de encontrar lo más hondo del yo. Es un libro que no es un libro, sino un conjunto inmenso de aforismos demoledores que muestran la realidad del mundo. Y me gustaría empezar tranquilo con un interesante aforismo que es el [339] donde Soares expone su visión ontológica para desgranar de la antropología marcada por la Iglesia, Rosseau o Carlyle hasta la duda epistemológica como base del ser metafísico. 

Un aspecto fascinante en el estilo de Soares es su cuerpo narrativo; expone primero la idea preconcebida en un entorno más o menos normativo. En esta reflexión comienza con un "muchos han definido al hombre y en general lo han definido comparándolo con animales". Claro, nosotros percibimos en una primera lectura, un método introductorio sobre lo que hablará. Un punto de vista que conocemos o que creemos conocer, algo así como una apelación hacia lo que tratará. * 
* En esta primera parte, cabe decir que expone las ideas principales de cómo se ha concebido al hombre desde un punto de vista más o menos moderno. Un "El hombre es un animal..." o con un adjetivo añadido que lo distinga de un mero animal "El hombre es un animal que..." y se añade lo que sea. Rosseau añade que es un "animal enfermo" o la Iglesia quien dice que "El hombre es un ser racional"  o incluso la aplicación de la acción básica del hombre como dice Carlyle "El hombre es un animal que usa herramientas". Esta es la primera exposición que hace Soares acerca de la idea que existe en ese convenio social, una idea que no es una influencia, pero que si se halla en una época (entendemos que una época previa o contemporánea a Pessoa). Sin embargo, he aquí una segunda premisa del cuerpo narrativo que usa Soares. 
No desmiente, cierto, no obstante desmonta toda la teoría existente con un sutil "Pero estas definiciones y otras de igual cariz son imperfectas y laterales". Y es que la genialidad de Soares está aquí.  En un acto de sutilidad impresionante, acaba de desmontar la cosmovisión del ser humano como un "animal que..." y acaba de dejar un vacío en nosotros. ¿Qué somos si no somos animales que...? Esto es un aspecto que repite muchas veces a lo largo del Desasosiego. Lo hace con la gramática, con la naturaleza, con el concepto de Destino e incluso con el concepto de identidad y de sueño. 
¿Cuál es la razón de que todas las teorías propuestas sean laterales e imperfectas? Pues que las vidas humanas transcurren en la misma íntima inconsciencia que la de los animales. Esto es Soares. Esto es Pessoa. Reducir todo a una demolición absoluta de lo conocido. Claro, esa es la frase demoledora. Cuando nos ha "despertado de un puñetazo en el cráneo y nos ha dado un hachazo que ha roto nuestro mar de hielo que llevamos dentro", como diría Kafka, es cuando con toda su delicadeza literaria prosigue con explicar que hay desde afuera unas leyes profundas que al igual que rigen los instintos de los animales, rigen también la inteligencia del hombre.  Así pues, la inteligencia del ser humano no es más que un instinto en formación. Hale, acaba de romper la superioridad del ser humano. Todos los tratados sobre el hombre que se realizaron en el siglo XIX quedan desmontados en tres frases. 

"la inteligencia del ser humano no es más que un instinto en formación" concluye la primera parte de la estructura del marco narrativo. El hecho de que la inteligencia sea un instinto en formación implica que el instinto es superior - un estamento que al que aún no hemos llegado, o hemos perdido -, tan inconsciente como todo instinto, menos perfecto por el hecho de no haber sido aún formado. 
El siglo XX se caracteriza porque el hombre cree tener las armas para llegar a lo más hondo del yo. Soares y Pessoa tienen ese objetivo al igual que la mayoría de escritores de esa vanguardia nacida por el nuevo descubrimiento del psicoanálisis. ¿Qué es lo que dice Pessoa que tiene dentro? Tiene un teatro. Un teatro al que asiste durante toda su vida, donde cada vez hay diferentes actores que incluso interactúan con él, se enfadan y discuten, van y vienen. Pessoa actúa en sí mismo como un espectador suyo. El problema es que cuando se van los actores, cuando ve de cerca a esos actores que van actuando en su teatro que es su alma, encuentra un vacío. Probablemente sea con los estudios de Freud, Lacan, Heidegger o Ricoeur donde el hombre tiene la posibilidad de encontrar algo en lo más hondo de nuestro yo. Acabar esa inteligencia. ¿Qué le falta a esa inteligencia del ser humano? Le falta ser ser humano. Ha sido una transformación tan bestia que ha perdido el ser y ahora es una máquina, un éxtasis, una inspiración de la victoria del mundo mecánico. Probablemente, Soares se referiría a un marco temporal más amplio, pero creo que encuentro un ejemplo claro de esa "des-humanización" que hace que la inteligencia del ser humano no llegue a ser formada y es la culminación de la metrópolis. La metrópolis es el triunfo absoluto de la técnica. La naturaleza ha sido extinguida en las ciudades. [sic.] En la segunda mitad del s. XIX se produce un éxodo del pueblo rural hacia la gran ciudad. Esto causa en la población, en el ser humano, una alienación con la naturaleza. ** Ésta separación con la naturaleza es la que expone en primera instancia Baudelaire en sus Flores del Mal y realmente ya es el romántico quien se da cuenta de que la naturaleza ya no le pertenece. ¿Se refiere pues a eso, Soares? 
Creo que se refiere a un proceso que no viene a raíz de que nosotros lo hemos eliminado, sino de que no nos ha sido dado. ¿qué pasa, no obstante? Que Soares no se quiere quedar en lo que todos han podido llegar. 
El siglo de la ciencia también se caracterizó por "la clasificación". Realmente en dos párrafos, Pessoa ha desmontado que la definición del ser humano es errónea por ser imperfecta e imparcial, pero es que solo era una pequeña introducción para poder plantearse su verdadera pregunta: ¿Por qué no siendo fácil encontrar palabras con que verdaderamente definir al hombre como distinto de los animales, es fácil encontrar la manera de diferenciar al hombre superior del hombre inferior? Ya hemos llegado a lo que quiere Soares. 


"Que mucho más lejos está el hombre superior (un Kant, un Goethe,...) del hombre vulgar, que el hombre vulgar del mono." Soares remite a este fragmento que leyó de Haeckel, biólogo de finales del XIX principio del XX, como que nunca he olvidado esta frase porque es verdadera. Hace una interesante reflexión acerca de esta verdad: 

   "Entre el labrador de Loures y yo, que no soy nada en la jerarquía de los pensantes, hay, sin duda, mucha mayor distancia que entre ese labrador y ya no digo un mono, sino un perro o un gato. Ninguno de nosotros, desde el gato hasta mí, dirige la vida que le ha sido impuesta ni el destino que le ha sido dado. Todos somos igualmente venidos de no sé qué, sombras de gestualizaciones ejecutadas por otro, efectos encarnados, consecuencias que sienten. Pero entre el labrador y yo, hay una diferencia de calidad, proveniente de la existencia en mí del pensamiento abstracto y de la emoción desinteresada; entre él y el gato no hay, en espíritu, más que una pequeña diferencia de grado." 

Es interesante, no? Es decir, entre él y el resto no existe diferencia alguna porque realmente no hay diferencia desde afuera, como mencionaba en el anterior fragmento. Sin embargo, hay una diferencia de calidad. ¿Y cuál es esa calidad? Es una calidad que proviene de la existencia en él del pensamiento abstracto  y de la emoción. Es algo que he observado y realmente es de esas cosas que (cito de nuevo a kafka) rompen con un hacha el mar de hielo que hay en nosotros. Nos está diciendo que el pensamiento abstracto y la emoción son los distintivos de calidad... ¿Qué ha pasado aquí? 
Precisamente es una de las cosas que cambia el modo de ver el mundo, tu cosmovisión, tras leer a Pessoa; el mundo es triste y eres consciente de que es triste. Es algo que almenos he notado en mí y es el cambio que pasa entre ver a alguien y ver a alguien triste.Es un momento de... inspiración, como dice Platón. El concepto de calidad, esa diferencia entre el hombre superior y el hombre inferior es el hecho de sentir
Menciona seguidamente, que "el hombre superior difiere del inferior por la simple cualidad de la ironía".

Hemos entrado en un terreno de la retórica de un modo muy sutil. La cualidad de la ironía ... La ironía, para Soares, es el primer indicio de que la inconsciencia se ha vuelto consciente. Hay dos estadios dentro de la ironía marcados por:
      - Sócrates: "Solo sé que no sé nada"
      - Sánches: "No sé si sé nada" 
Ah amigo! Hemos llegado a un punto donde ambos dudan y esa duda es el matiz de cualidad irónica. No obstante, ¿Qué pasa? Pues que el primero, Sócrates, llega a ese punto donde dudamos de nosotros mismos dogmáticamente y es que todo hombre superior llega hasta ese punto. 
El segundo llega a aquel punto en que dudamos de nosotros mismos como de nuestra duda y es que aquí, a este punto, muy pocos hombre han llegado en la corta extensión, tan larga ya en el tiempo, de la humanidad, en que hemos visto el sol y la noche en la múltiple superficie de la tierra. 

Y así es como acaba la penúltima parte de su aforismo. Como he mencionado al principio de éste estudio, resulta increíble la estructura narrativa que usa en el aforismo y es que está tan bien hecha que parece (y tal vez sea) algo efímero, espontáneo, como una simple reflexión. Pero realmente se puede ver ese matiz depurado. Cómo acaba ese puñetazo en el cráneo, con un estilo puramente romántico. La cualidad de la ironía es algo que está en todos los hombres superiores, según Soares, pero hay dentro de esos hombres superiores, hombres que han dudado no solo de sí mismos sino también de su duda. Es un sistema que realmente es impresionante. Descartes hace una "revolución racional" ***sobre ese famoso cógito ergo sum
Pienso luego existo. Claro, en primera instancia nos hemos de preguntar qué es pensar y luego nos hemos de preguntar si el acto de pensar es el motor de nuestra existencia. Suponemos - lo dice en sus métodos - que ese pensar implique una cuestión de duda. Dudo luego existo. Si nosotros dudamos de aquello empírico y aquello racional, dudamos de todo y al dudar de todo tal vez somos solo duda, pero siempre existiremos como duda. Pessoa sin embargo puede hacer una inversión (y es que muchas veces lo he leído, sobre todo con los conceptos del sueño) que implique que la duda de nuestra existencia llegue a ser la duda de la duda misma y realmente dudar de la duda de nuestra existencia, sea realmente no existir porque dudamos de nuestra duda. Parece un poco ilógico, pero realmente es esa la base de su desasosiego. Todos encuentran una respuesta más o menos perfecta sobre sus cuestiones, pero Pessoa no encuentra respuesta alguna y es que las respuestas que le han dado no le han servido. Cuando habló del sueño y de que solamente un soñador vive, se auto-cuestiona ya que reflexiona y llega a la conclusión de que el soñador vive porque luego despierta. Es como que todas las cosas que plantea no las soluciona y no porque no pueda sino porque no hay solución. No hay solución a la vida pero sin embargo vivimos y si morimos se convertiría la vida en nuestro deseo. Hay uno de sus pasajes, no recuerdo ahora el número, donde dice algo así como 
"Si yo deseo irme a una montaña, a uno de estos desfiladeros románticos de Escocia o a la playa tranquila y escondida, seguramente no me encuentre mejor. Porque cuando llegue ahí, seguramente me sentiré falto de mi humo, mi ciudad, mi asfalto y volvería a sentirme mal, pese a estar en esos lugares con los que tanto deseo estando aquí. En definitiva, la enfermedad no es lo que me rodea y por ello debo cambiar de aire, sino que yo mismo me produzco un veneno que me mata y vaya a donde vaya, será ese veneno y no el aire exterior, lo que me haga sentir mal".
Para mí, esto es demoledor. Siento como que Soares hace en su Desasosiego lo que hace es algo así como lo que hace Blas de Otero en su Biotz-Begietan****, es decir, mediante la explicación y la reflexión de su vida, reflexiona acerca de la vida de España. Aquí en el Desasosiego Pessoa, mediante la demolición de sí mismo, es como que demuele a todo aquel que lo lee. No sé si los comparatistas me matarán, pero siento como que Pessoa al escribir de sí mismo, hace que sienta que me leo a mi mismo. Que el escritor que escribe sobre el escritor, hace que el autor se sienta escritor de su obra. 
Esa es la pura grandeza de Pessoa. 

Aquí llega la última parte de esa estructura narrativa de la que hablaba: La conclusión de Soares. Ya hemos desmontado la antropología teórica y ya hemos desmontado los estudios de las especies humanas. Hemos desmontado a la Humanidad como humanidad. Ahora queda la última parte que es desmontarnos a nosotros mismos

"Desconocerse conscientemente es el camino. Desconocerse concienzudamente es la cruzada activa de la ironía. No conozco cosa mayor ni más propia del hombre que es de verdad grande que el análisis paciente y expresivo de los modos de conocernos, el registro consciente de la inconsciencia de nuestras consciencias, la metafísica de las sombras autónomas, la poesía del crepúsculo de la desilusión." 

Si has llegado hasta aquí y aún no has visto la grandeza casi divina de la obra de Fernando Pessoa, recomiendo o que lo releas o que leas otras páginas que hablen de Pessoa (tal vez me exprese demasiado mal y te aburra, por eso lo digo, no suelo hacer estos análisis tan puntillosos por escrito así que probablemente haya cosas que son innecesarias y otras cosas que falten, pero este hombre ES demasiado grande como para no dedicarle un tiempo de vida a conocerle). 

¿Por qué menciona esto? Porque siempre hay algo que nos engaña, algún análisis que nos embota la verdad, por falsa que sea, que siempre nos queda más allá de la esquina. Y esto cansa más que la vida y eso que la vida cansa, más que el conocimiento y la meditación sobre ella, que nunca dejan de cansar. Acaba con una imagen extracorpórea donde llega a lo más alto y solo ve la Luna, alumbrando todo, y todo son sombras revueltas, incoherencias de lo visible. No hay brisa. 
Una imagen interesante en el mundo pessoano es la figura de la luna. La luna probablemente sea ese estado mental donde nosotros hacemos una contemplación kantiana. Menciona en su poema bajo la piel de Ricardo Reis, esta vez, la figura de la Luna como la que "brilla toda, alumbrando cada lago en el que vive"*****. Claro, es como una experiencia que algunos la estudian bajo el nombre de experiencia extracorpórea o experiencia astral y es que realmente, la Luna es como el espejo del alma. La Luna es allá donde a Bernardo le da "Náuseas de pensamiento abstracto", es donde el hombre deja de ser hombre para ser algo más. La luna es aquel lugar que sirve de escondrijo, algo así como un seno de la contemplación. Mediante la contemplación de la luna, nos contemplamos a nosotros mismos, nos creamos. Y es que acaba, como todo lo que acaba, con una demoledora y brutal frase final que dice: 

Ignoro como ignoran estos tejados. Me he equivocado como la Naturaleza entera". 

Y vuelvo a decir que esto, ésto es Pessoa. Tras la deconstrucción de toda la teoría del ser, la antropología, la ontología y su metafísica, tras todo lo que ha hecho para descubrir lo que realmente es, ¿qué hay? No hay nada. 
Es lo que he ido mostrando arriba sutilmente, lo que descubre Pessoa bajo la piel de Soares es que en lo más hondo de nuestro yo hay un vacío, un vacío como el que hay entre un electrón y el núcleo de un átomo y es que ese vacío es el verdadero yo, nada. 


-Deklan- 

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** Si os interesa más saber los efectos y la construcción de la Metrópolis y la des-humanización del ser humano, recomiendo la película "Metrópolis" de Fritz Lang de 1927 reeditada en 2010 con fragmentos anteriormente censurados. Os dejo aquí el enlace. Disfrutadla! 
***Pongo esto entre comillas porque la revolución racional realmente se la atribuyo a Parménides quien con su mito de la Tortuga y Aquiles creo que deja bastante más clara la idea de un puro racionalismo que como lo hace Descartes 1400 años después. 
**** El Biotz-Begietan es un poema del escritor español Blas de Otero que puedes leer aquí y es un poema extraordinario a la vez que desolador.
*****  
Para ser Grande sé entero; nada
tuyo exageres o excluyas
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
en lo mínimo que hagas
Por eso la luna brilla toda
en cada lago, porque alta vive

Fernando Pessoa