Sueños

Todo empezó en aquel espeso bosque, de frondosos árboles, recónditos tras el velo de la noche la cual alzaba a su emperatriz al cielo vestido con su traje blanco y su báculo con el cual reinaba con su luz la oscuridad de la noche. Tras los enormes robles, de tronco ocre enroscado se hallaba un lago, de cristalinas aguas mecidas por el viento céfiro de aquella noche, de la cual surgían nenúfares como cantos de sirenas. A lo lejos, difuminada con acuarela blanca se veía una pequeña montaña, de cumbre nevada y fría como la escarcha acumulada en la punta de las hojas rojas de los robles, que se tornalunaban blancas y argentosas tras el reflejo de la Luna llena que alumbraba los reinos perdidos de aquel bosque sin fin. Aquellos reinos perdidos que se ocultaban en el bosque un día, un hombre les puso el nombre de sueños. Vanos sueños son los que se explicarán a lo largo de este relato, que, al igual que los sueños, nunca acabó ni acaba, pero tampoco acabará.

domingo, 15 de abril de 2012

sonata del recuerdo

                      
               Sonata del recuerdo  

                Recuerdo aquella dulce primavera,
En el que el céfiro viento arrastraba
El débil hilo que nuestros recuerdos guardaba
 Y que aquella tarde, inolvidable fuera.

Recuerdo tus rojos labios del atardecer,
Recuerdo que del mar estaba hecho tu placer,
Y tus negros ojos nocturnos cantaban,
Y en tu mente, de nuestro amor guardaban.

Recuerdo que fue el pecado más delicioso el conocerte,
Recuerdo que fueron tus labios los que en concederte,
Concedieron tu onírico sueño de amor
Que hoy, al fuego, hace lucir tu honor.

Recuerdo el sabor de tus dulces labios,
Recuerdo el ingenio de tus enlabios,
En el que pude, por fin, conocerte
Y luego, con mi amor inerte,

Creamos con nuestros sueños tejidos,
Nuestra onírica utopía.

Recuerdo y solamente recuerdo…
    
                                         Deklan Croneil

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