Sonata del recuerdo
Recuerdo aquella dulce primavera,
En el que el céfiro viento arrastraba
El débil hilo que nuestros recuerdos guardaba
Y que aquella tarde, inolvidable fuera.
Recuerdo tus rojos labios del atardecer,
Recuerdo que del mar estaba hecho tu placer,
Y tus negros ojos nocturnos cantaban,
Y en tu mente, de nuestro amor guardaban.
Recuerdo que fue el pecado más delicioso el conocerte,
Recuerdo que fueron tus labios los que en concederte,
Concedieron tu onírico sueño de amor
Que hoy, al fuego, hace lucir tu honor.
Recuerdo el sabor de tus dulces labios,
Recuerdo el ingenio de tus enlabios,
En el que pude, por fin, conocerte
Y luego, con mi amor inerte,
Creamos con nuestros sueños tejidos,
Nuestra onírica utopía.
Recuerdo y solamente recuerdo…
Deklan Croneil
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